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Mujeres valientes

"La fotografía podría ser esa tenue luz que humildemente nos ayudara a cambiar las cosas" dijo una vez Eugene Smith, uno de los grandes fotógrafos de la historia, y yo confío en ello.

Desde mi punto de vista y mi sentir sobre la fotografía, como medio y herramienta, no es sino  para mostrar con mi mirada hechos, sucesos, momentos, emociones sobretodo; que en uno u otro lugar pudieran dejar una pequeña huella.

 

No se me ocurre otra manera de aportar una ínfima gota en este océano en donde día a día miles de mujeres se sumergen en las olas de VIOLENCIA OBSTÉTRICA. Se quedan ahí abajo, como en el fondo. No se las ve ni se las oye. No se nombran, son invisibles. Está tan normalizado este tipo de VIOLENCIA que décadas y décadas hicieron los ojos de la sociedad inmunes a ésto.


Entonces sueño... quién sabe. Quizás yo desde este pequeño metro cuadrado que ocupa mi cuerpo, pueda tal vez hacerme ver y oír. Y si consigo ésto podría llamar a otras mujeres que como yo hemos estado inmersas en esas aguas turbias que nos recubrían de invisibilidad ante una sociedad entera. Por qué no?


Si nosotras no somos un mero vientre, una vagina, una parcela específica. Somos un cuerpo, todo él. Somos mujeres completas, y el maltrato recibido, de diferentes maneras, no sólo afecta a éste cuerpo, a esta mujer; física, emocional, mental y espiritualmente, sino que se extiende a su bebé, su familia. Y en la mayoría de los casos arremete también contra el papá, quien debería ser una especie de guardián protector para su compañera y su bebé, acaba siendo silenciado, ignorado y excluído fuera de la "sala de tortura" sin voz ni voto.

En definitiva la VIOLENCIA OBSTÉTRICA atañe y perjudica todo el entorno, la sociedad. La humanidad entera se ve violentada desde el inico de la vida.

Habremos de observar, tomando la distancia necesaria, para comprender que ésta violencia en este estado tan crítico, sutil, vulnerable y precioso atañe a toda la especie humana.
Ser conscientes plenamente de que es ahí, en esos precisos estadíos donde podremos sembrar, o no, la semilla de la paz, el amor y el respeto.

 

Y así fue cómo desperté y quise crear este proyecto sin saber muy bien por dónde empezar. Luchando con mis propios miedos y limitaciones pero encarándolo plena de convicción y certeza de que ésto y tantísimas otras maneras de colaborar, son necesarias.

 

Así es que me decidí y me lancé en busca de MUJERES VALIENTES como yo! Para que juntas salgamos a la luz con nuestras historias, para que otras mujeres consigan poner nombre a sus vivencias; pero tan o más importante para que, soñando y haciendo, nuestras hijas den a luz libres de VIOLENCIA.

 


Si estás leyendo ésto es porque deseas participar, unirte y sumar. ¡Gracias! porque éste proyecto sin ti, sin tu historia y valentía no puede existir.

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